©2005-2007 *Justapain
Irlanda,
no disimules, que se te nota;
te manejas como nadie
cuando la distancia es corta.
Olvídalo, quedará entre tú y yo;
ellos aplauden embelesados
tus mohines de muñeca rota.
Irlanda,
déjate las uñas largas,
que yo vea qué hiciste anoche.
Sé que tu falsa dulzura
se vuelve agria a las doce.
Irlanda, eres bella y tirana,
como un país del Norte.
No llores más, Irlanda,
tu gato azul ya duerme bajo la hierba.
Irlanda,
¿no decías que te aburres como una vieja?
¿Dónde está ahora la azada grande?
Ponte a buscarla; niña, deja de hacer calceta,
que ya no está en su sitio la pesada azada negra.
Irlanda de miradas veladas,
Irlanda de párpados muertos;
no me dan envidia tus vestidos polvorientos,
ni tus puestas de largo, ni tu séquito de espectros.
Irlanda,
yo que tú mantendría hoy los ojos bien abiertos,
que tengo ganas de robar la cinta blanca de tu pelo.
"No te imaginas lo leve que es el toque de su piel"
"No te imaginas mi cuerpo, enredado en el de él"
Te equivocabas, Irlanda.
No lo imagino.
Lo sé.
Por eso un ángel de piedra te tiene atrapada en su red,
donde tu madre te deja flores frescas a las diez.
Corre ahora si puedes,
corre, Irlanda, niña mala;
y grítale a mamá para que no te dé la espalda.
Ella ya no te oye, ¿puedes oírte tú?
¿Sientes ahora su piel, Irlanda?
Qué triste es la penumbra para las niñas mimadas;
la cola azul de un gato asoma bajo tu falda.