viernes, 30 de enero de 2009

Ya a la venta



Sí, amigos. Edición de lujo, tapas duras.

jueves, 29 de enero de 2009

Rockin' the casbah


"¡Me prometiste que me grabarías la BSO de High School Musical!"



Hoy he empezado a pensar, no sabría decir por qué, en qué música les gustará a los terroristas. Y cuando digo terroristas quiero excluir a otros tipos de asesinos, como el Hannibal Lecter que creía volar con sus discos de música clásica u otros muchos criminales no ficticios, que puedan estar, por qué no, dotados de una inteligencia y sensibilidad artística superiores a la media. Porque, amigos, ser culto nunca implicó ser buena persona.



Yo hablo de los terroristas, de los que encuentran o fingen encontrar razones políticas, espirituales, etcétera, para cargarse a decenas, cientos de personas, sin ni siquiera conocer el nombre o la cara de sus víctimas. De los que son peones de otros, y tragan sin masticar las ansias de sangre de gente que nunca se manchará las manos. Ellos no necesitan los "motivos" individuales de sus primos los asesinos en serie: me miró mal, impulso sexual, me recordaba a ése que se metía conmigo en el cole... tienen los suyos, que los convierten en familia o en otra barra dentro de una bandera, elevadísimos y muy trascendentales, claro que sí.



¿Qué música escuchará esa gente? Mejor dicho, ¿qué música le gustará escuchar? ¿Qué canción se sorprenderán tarareando mientras abren una lata de berberechos o esperan a que el semáforo se ponga verde? Porque nadie puede controlar el poder que la música ejerce en su persona, nadie sabe qué canción se le va a pegar como una lapa o va a conseguir emocionarle. Ni siquiera el tío más super cool está libre de que pueda gustarle algo de Bertín Osborne.



El asesino en serie, el que actúa solo y no rinde cuentas ante nadie más que sí mismo, puede escuchar lo que le salga del pito sin complejo alguno de culpa o inferioridad. Pero ¿puede un kamikaze islamista escuchar a Britney Spears? Bueno, puede controlar lo que escucha y así, inútilmente, intentar escapar de ella. Pero nosotros, las víctimas de la radiofórmula, sabemos que con una vez basta. ¿Qué pasará si se le traba Gimme more entre las neuronas? ¿Y si se le escapa un It's Britney, bitch delante de sus colegas muyahidines?



Y -ojo, porque esta canción es muy malévola y a todos se nos ha pegado alguna vez- ¿si un etarra canturrea Que viva España de Manolo Escobar sin poder evitarlo? ¿Qué clase de conflictos morales/espirituales pueden entrar ahí en juego? En mi humilde opinión, es algo muchísimo más grave que el desasosiego de un indie tarareando reggaeton.



Pero después de todo este rollo que, perdonadme, ha sido innecesario, me surge otra pregunta: ¿es que los terroristas cantan? Es más, tengo otra: ¿no son algunos cantantes verdaderos terroristas musicales?

viernes, 16 de enero de 2009

Mímesis


José María Gutiérrez Hernández, 'Guti'



Fernando Torres


¿Están sufriendo un proceso de mimetización o es que yo no entiendo de fútbol?

viernes, 2 de enero de 2009

Paso de cebra

Dicen que debemos recuperar la verdadera esencia de las cosas; yo pienso que en algunos casos sería un auténtico disparate.

Feliz año a todos