sábado, 29 de noviembre de 2008

Espacio protegido

Debemos empezar a respetar la belleza de una vez por todas: tenemos que dejar de intentar comprenderla.

Por fin


"Y todas las playas de este mundo, caprichosos sombreritos de muchacha, prendas de finísimo tejido en azul, verde, rojo, sandalias paganas en pies morenos de uñas pintadas, parasoles multicolores, senos temblorosos bajo livianos nikis a rayas y blusas de seda, sonrisas fulgurantes, espaldas desnudas, muslos dorados y calmosos, mojados y tensos, manos, nucas, adorables cinturas, caderas podridas de dinero, todas las maravillosas playas del litoral reverberando dormidas bajo el sol, una música suave, ¿de dónde viene esa música?, esbeltos cuellos, limpias y nobles frentes, cabellos rubios y gestos admirablemente armoniosos, bocas pintadas, concluidas en deliciosos cúmulos, en nubes como fresa, y tostadas, largas, lentas y solemnes antepiernas con destellos de sol igual que lagartos dorados, esa música, ¿oyes?, ¿de dónde viene esa música?, mira la estela plateada de las canoas, la blanca vela del balandro, el yate misterioso, la espuma de las olas, mira los maravillosos pechos de la extranjera, esa canción, esa foto, el olor de los pinos, los abrazos, los besos tranquilos y largos con dulce olor a carmín, los paseos al atardecer sobre la grava del parque, las noches de terciopelo, la disolución bajo el sol..."


MARSÉ, Juan: Últimas tardes con Teresa


Hay muchos escritores a los que dar las gracias. Pero hay pocos a los que, además, tengamos que estar agradecidos por enseñarnos de dónde venimos. Cada uno tiene el suyo. Y el mío es Juan Marsé. Felicidades

sábado, 22 de noviembre de 2008

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Always love you

domingo, 9 de noviembre de 2008

Un problema menos

Qué alegría. Por fin he decidido cuál será mi epitafio. Señoras y señores, aquí yace una integrista del optimismo.


miércoles, 5 de noviembre de 2008

Antibióticos

No sé qué me queda por ver.


Hoy mi médico ha intentado arrancarme una placa de la garganta con uno de esos palitos de madera que se amontonan en lapiceros de dudosa higiene en las mesas de las consultas. Ha dicho que "así se había hecho toda la vida" y se le ha visto notablemente contrariado cuando los músculos de mi garganta han decidido que las cabras también se tiraban de los campanarios "de toda la vida" y se han cerrado. Con mucho aire de resignación y mirándome como si fuera un caso perdido, me ha hecho una receta para que me tome un antibiótico durante tres días.


Hoy estoy acumulando tal cantidad de odio que casi ni me acuerdo de que ha ganado Obama.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Pues bien

Me dejo caer por aquí porque acabo de escuchar a mi madre -eterna opositora- pronunciar una de las frases más tiernas de la Historia del Alumnado:

"Hombre, yo estudiar estudiar no he empezado; me estoy haciendo resúmenes"

Me queda menos de un año para terminar la carrera (ojo, según el calendario oficial) y me han entrado ganas de llorar.